Veamos por qué esta afirmación es cierta.
En la mayoría de los casos, un país desarrollado es sinónimo de su poderío militar y económico. Este último parece ser el criterio que se utiliza para trazar la línea divisoria entre las naciones desarrolladas y las que se encuentran en proceso de desarrollo, o como se les conoce más a menudo, naciones del tercer mundo como Costa Rica.
Irónicamente, los países con más casos de COVID-19 y muertes son los que supuestamente son los más desarrollados y tienen las fuerzas armadas más poderosas del mundo: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Rusia, Italia y Alemania. China, donde comenzó la pandemia, también se encuentra entre los 10 primeros por su número de casos y muertes. Uno pensaría que estos países habrían manejado esta crisis de atención médica de manera más eficiente, pero ni su poderío militar ni su poder económico han sido suficientes para detener realmente el virus.
Costa Rica todavía se considera una nación en desarrollo. Sin embargo, en realidad, el sistema de salud del país, el nivel de educación de su gente, el acceso a agua potable y electricidad se combinan para excluir al país de la categoría de nación del tercer mundo. En algunos casos Costa Rica ha igualado o superado a muchas de las llamadas naciones desarrolladas en ciertas áreas.
Costa Rica es el número 107 en la lista de personas infectadas por coronavirus y con más personas que se han recuperado que las que realmente están enfermas (80% de los casos). Costa Rica logra tener la menor tasa de mortalidad por COVID-19 en América (1.25%). El país ha puesto el valor de la vida humana por encima del poder militar y económico.
Su manejo de la crisis también se ha hecho sin el colapso de los sistemas de salud como en muchos países. Además, el éxito rotundo del país frente a un adversario invisible ha llamado la atención de naciones y pueblos de todo el mundo. Su respuesta a la pandemia ha demostrado que el sistema de salud del país es uno de los mejores del planeta.
De hecho, en tiempos de pandemia, la definición de lo que es un país desarrollado ciertamente ha cambiado. La pregunta es: ¿Cómo lo ha hecho posible Costa Rica?
- Un sistema de salud universal
Costa Rica cuenta con un sistema de salud universal desde el 1 de noviembre de 1941, lo que significa que casi toda la población puede visitar a un médico y acceder a tratamientos tanto básicos como complejos si lo necesita. - Atención Primaria de Salud Exitosa
Costa Rica cuenta con alrededor de mil clínicas conocidas como EBAIS, que son parte de la CCSS. Este servicio de atención primaria de la salud ha sido clave para el tratamiento de COVID-19. - Desarrollo de estrategias de salud
Costa Rica está desarrollando tres estrategias para tratar de desarrollar su propio tratamiento. El primero de ellos es el plasma aplicado a los infectados por el virus y el segundo toma una mayor cantidad de plasma de los pacientes para purificar los anticuerpos y estandarizar la potencia para luego realizar inyecciones de estos anticuerpos purificados. - Distanciamiento social
Los costarricenses han ayudado a seguir las medidas de distanciamiento social de las autoridades sanitarias. Estos se tomaron luego de tener solo 12 casos de covid-19, que incluyeron suspensión de clases, reuniones masivas, actividades turísticas y también se promovió el trabajo desde casa. - Acceso al agua
Además de promover el lavado de manos frecuente para prevenir la propagación del virus, otra razón por la que Costa Rica registra una baja tasa de mortalidad es que casi el 98% de los hogares costarricenses tienen acceso al agua potable.