Las nueve desafortunadas razones por las cuales no querrás vivir en Costa Rica. Este artículo fue escrito por Emily Shea, en el blog www.travelmother.com el 15 de setiembre de 2013. No es más que un simpatiquísimo resumen, escrito con un fino sentido del humor de la experiencia de una madre de familia estadounidense que adora a Costa Rica y que la pasó superbien y le encantaron sus gentes. Aconsejo leerlo captando que está escrito con una cierta ironía propia del país de origen de la autora y entendiéndolo alrevés de lo que dicen varios de los párrafos, empezando por el título. La traducción es del autor de ojodegatoenlaniebla con permiso de la autora.
Suelo escribir artículos positivos sobre mi experiencia viviendo en Costa Rica. No sé ni porqué lo hago, y tal vez se sorprenderán, ya que no todo es pura-vida-perfecto. Odio quejarme pero siento que es mi deber compartir con ustedes los inquietantes secretos más profundos que les he estado ocultando todo este tiempo. Antes de viajar y emprender el camino a este país de ensueños, quizá valga la pena sopesar estos puntos en contra, muy propio de las pesadillas que estoy a punto de revelarles…
1. Hace mucho calor en la playa y los niños siempre están pidiendo que los llevemos otra vez a la playa
Bueno, no seria justo decir que siempre hace calor, aparte de que la playa es más bien sabrosamente tibia. Los últimos viajes que hicimos a Montezuma y a Jacó fueron muy agradables…aunque no te dejes engañar: durante la época seca, nuestros pies sufrieron raspones, casi que escoriaciones por el roce contra las arenas oscuras y secas de Playa Hermosa.
Si te has mudado a un país que tiene docenas de playas tan impresionantes que no te lo podés creer, es lógico que quieras verlas… y una vez que las has visto, vas a querer ir una y otra vez, y otra vez, y una vez más….y los niños te estarán insistiendo, casi que rogando: “vamos a la playa…. vamos a la playa… vamos a la playa”. Lo dirán tantas veces que se te grabará en la mente y pasarás escuchando lo mismo hasta dormida. Será muy difícil resistir la tentación de ir una vez más a la playa, así que los prevengo de eso.
2. Los pájaros hacen mucha bulla
Escuac- Escuac- Escuac- Escuac- ¡¡¡ESCUAC!!! El ruido de los pájaros de este país llama mucho la atención. Te sacarán del escritorio con su estridencia a mitad del día y saltarás por tu cámara y saldrás corriendo para mirarlos. La tirada es que una vez que salís de la casa y los ves, apenas podrás hacer unas pocas fotos porque rápidamente se alejarán. ¡Hombre! Si resulta que tenés unos árboles frondosos cerca de donde estás, este “jugueteo” de los pájaros invitándote a verlos y escucharlos hará que perdás todo el tiempo del mundo. Son de las criaturas más entretenidas que hay: brincan de rama en rama, picotean mangos hasta dejarlos totalmente abiertos, llaman a sus amigos haciéndoles ver lo sabrosos que están, y, cuando apuntas a ellos con la cámara para tomar la foto, se van todos, dejándote suspirando por ese momento. ¡Es terrible!
3. La gente siempre quiere conversar con uno y alzar a tus bebés
Podés comparar a la gente de este país con los loros: a ambos les gusta hablar. Son capaces de cruzar la calle o de salirse de su camino con tal de decirte “buenos días” o para saludarte de beso o simplemente para sonreirte… son tan amistosos que uno no se lo puede creer… Incluso ofrecerán alzar al bebé mientras te pruebas la ropa en una tienda o mientras desayunas… ¡Te enojarán tantas atenciones!
4. Los perros andan libres como el viento
La mayoría de los perros de este país también son muy amigables. Te siguen por donde vas, duermen a la par de la puerta de tu casa, si te distraes, se te trepan a los regazos y si te distraes te roban el corazón. Terminarás queriéndolos tanto que les comprarás comida, juguetes, camas para perros y hasta los llevarás al veterinario. Si en tu vida no deseas compañía extra además de tu familia, mejor no mudarse a Costa Rica.
5. Llueve más de la mitad del año
Casi todos los días llueve, por lo menos desde abril a noviembre. Se abren los compartimentos del cielo todas las tardes y a veces la lluvia se extiende hasta casi toda la noche. Y claro, ¿saben lo difícil que es conciliar el sueño cuando llueve? Además ¿se imaginan lo verde que se pone todo con tanta agua? El verde tan vibrante del follaje hasta golpea y lastima tus ojos. También te desilusionarás de saber que en este país no hay un tesoro al pie de los abundantes arco iris que verás tarde tras tarde.
6. Seguramente tendrás que aprender a cocinar
Aprenderás a comer de todo y ha hacértelo vos mismo. Tus niños pequeños no se apearán del mueble de la cocina, ayudándote a preparar las comidas. Por culpa de los altísimos impuestos con los que gravan la comida chatarra precocida importada de los Estados Unidos, terminarás por comer comida mucho más saludable. Pasarás horas en la cocina aprendiendo a preparar todo tipo de recetas. Se te echará a perder tu marido por la comida tan sabrosa que comerá en casa. Desarrollarás un rechazo por la comida pre-cocida y otros ingrediente abominables. Y por supuesto todo esto te supondrá otra gran pérdida de tiempo.
7. Perderás peso
Si sumás el tiempo de preparación de comidas riquísimas a la cantidad de tiempo que perderás saliendo para tomarle fotos a los pájaros, a las flores y a las puestas de sol, será muy difícil que no pierdas unas cuantas libras, aparte de la insolación. Con el frescor nocturno de la montaña la pérdida de peso hará que al tener menos capas grasosas, habrá que utilizar cobijas más gruesas. Tu mamá, desde los Estados, seguirá muy de cerca lo que te pasa y te llamará con frecuencia para decirte que ha visto tus fotos en Facebook y te urgirá a comer más. La ropa que tenías antes te quedará grande y habrá que comprar ropa nueva. ¡Que tirada!
8. Vas a tener muchos amigos nuevos
Con toda este gente tan … ¡Pucha!…¡que amistosos!. … terminarás haciéndote de unos nuevos amigos tan buenos que no querrás alejarte nunca de ellos. También terminarás implantado en grandes grupos de Expatriados e incluso te lanzarás a organizar continuamente en tu casa comidas donde animarás a los asistentes a traer todos un plato. Si alguna vez te vas, no sólo te hará falta este terruño sino que también echarás de menos a toda esta gente tan adorable que has encontrado. Esto significará tanto para tí que….
9. Viajarás mucho menos, o quizá simplemente no volverás a viajar
Hemos escuchado tantas veces la misma historia: “planeábamos viajar más, ir a más lugares, pero nos enamoramos de Costa Rica.” De hecho, originalmente yo había planeado quedarme únicamente por tres meses, pero en menos de una semana, mi esposo y yo caíamos conquistados por el lugar y sus gentes. ¡que lugar más increíble! Pero tendremos que apartarnos – como dejando jirones de nuestra piel- de este país que adoramos pese a todas esas razones “antihumanitarias” que he compartido con ustedes en este post. Incluso… ¡Volveremos! ¡Nos robaron el corazón en plena luz del día! Así que prepárense… Les podría ocurrir lo mismo….
Pensarás que nosotros los Expatriados vivimos en un lugar poco común, bellísimo, saludable y acogedor, pero ahora conocés toda la terrible verdad y mi conciencia podrá descansar tranquila ya que he dicho lo que tenía que decir y lo he compartido. A partir de ahora mis futuros posts harán referencia, abiertamente o en mi memoria, de una u otra forma, a un país que hace que me emocione cuando pienso en él. ¡Pura vida!